domingo, 20 de septiembre de 2015

Invisible

Es raro como tratando de conseguir un objetivo, lográs el opuesto. Por tratar de hacer las cosas que crees que te van a conducir a lo que querés, terminás por estar en la esquina de enfrente. Algo que nunca entró en tu lógica que pudiera pasar. Porque nunca pensaste que pudiera existir esa posibilidad.
Hacer las cosas bien, casi siempre y cuando ves que las estás haciendo mal, odiarte por ello y volver a intentar, para hacerlas bien esta vez. Porque... ¿quién quiere a la gente que hace las cosas mal? Si hago todo bien, si no causo problemas, si pongo parches en todos lados para que no vean los problemas que hay, si siempre acato las órdenes, si cumplo los castigos, si no me quejo (o me quejo poco porque al fin y al cabo soy una niña), si tengo buenas notas, si nunca me porto mal en el colegio, si sufro bullying pero solo saben una parte de lo que pasa, si no los preocupo, si les digo que tengo gripe en lugar de decirles que no quiero ir al colegio, si siempre estoy con una sonrisa en la cara, si no me ven llorar a menos que nos peleemos, si siempre doy el brazo a torcer para que no se sientan mal, si trato de no cargarlos con problemas, si me lo guardo todo para mi. Si hago todas esas cosas y más... Entonces, me van a querer ¿no?
Al parecer no. Al parecer terminé en la vereda de enfrente. Porque estaban más preocupados en el que se portaba mal, hacía lio, no hacía los deberes, les contestaba mal, protestaba y hacía todo lo opuesto a lo que "una buena chica hace". Entonces... ¿dónde terminé?
En el lugar que quería evitar y que nunca se me ocurrió que podía llegar a estar. Claro, pensé q si era mala me iban a odiar. Pero nunca nunca pensé que si era lo suficientemente buena. Si hacía todo lo que hice, me iba a volver invisible. Porque... ¿Qué hijo o nieto piensa que se puede volver invisible a ojos de sus padres o abuelos? Supongo que ninguno o muy pocos.
Años de invisibilidad acumulados que no se van. No desaparecen y duelen como un infierno. Y la realidad de que a pesar de que por un momento efímero dejaste de ser invisible. De que por un momento te miraron y realmente te vieron. Fue solo un momento. Porque hagas lo que hagas, digas lo que digas, trates de pedir ayuda hablando o no, porque aunque estés en tu cama todo el día sin ganas de hacer nada, porque aunque sea obvio que todos los caminos conducen a Roma, para ellos vos vas a seguir siendo invisible.

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